El velo volvió con más fuerza que nunca, quizás desde la boda de los príncipes de Gales, cuando Kate debió usarlo, ya que es una de las exigencias de la realeza. Para el gran momento, ella elegió una creación de Sarah Burton diseñadora creativa de la casa Alexander McQueen que la hizo lucir bella, moderna y con mucha clase.
Y es que en la tendencia de looks de novias, las grandes firmas internacionales como Rosa Clará, y en las propuestas de reconocidos diseñadores como Carolina Herrera, el velo vuelve a ocupar un lugar destacado que se asocia con la elegancia y la solemnidad.
El protocolo dice que la novia debe llevarlo puesto al bajar del auto de boda y debe conservarse sobre la cara hasta que el sacerdote haya convertido a la novia en esposa, donde ya estará autorizada a mostrar su rostro.
En la actualidad se incorporan algunas novedades que están arrasando entre las nuevas colecciones de complementos, como el velo corto o incluso cortísimo: sencilla malla de encaje blanco, estratégicamente situada sobre los ojos.
¡A tener en cuenta! El velo debe tener coherencia con el vestido, los estilos deben ir de la mano. También, procura que el largo no ‘interrumpa’ la fluidez del vestido. Los velos largos suelen complementar bastante bien cualquier vestido, mientras que los cortos o midi pueden generar un efecto visual no deseado, rompiendo la silueta en dos partes, haciéndote parecer más bajita. Fijate de probarte ambos a la vez para ahorrarte disgustos.
*Magalí Balzán para Romina Barak Asesoría de Imagen – info@rominabarak.com.ar